miércoles, 19 de noviembre de 2008



En el marco del proyecto para convertir a San Salvador de Jujuy en una ciudad que integra a todos sus habitantes por igual, la directora de Planeamiento Urbano, Adriana Díaz, registró los problemas que impiden o afectan el desplazamiento de personas con capacidades diferentes por la vía pública, con la valiosa colaboración de José Luis Knudsen, un empleado municipal que debe usar una silla de ruedas para movilizarse.

Veredas en mal estado, obstáculos en la vía pública como puestos de venta ambulante (muchos ubicados en estrechas veredas), carteles, sombrillas, escalones que se abren hacia la vereda, exhibidores de comercios y tantos otros elementos forman la larga lista de obstáculos encontrados en el trayecto entre la Escuela Normal y la Terminal de Ómnibus, de acuerdo al relevamiento efectuado con cámaras de video y de fotografía, cuyas imágenes serán usadas en la confección de proyectos.

Frente a esta realidad, a la que se suma la problemática del transporte público en relación a estas personas, la arquitecta Adriana Díaz dijo que “desde la Municipalidad de San Salvador de Jujuy estamos implementando distintos proyectos para adaptar todas las cuadras de la ciudad”.


En el corto recorrido realizado, se tuvieron que sortear numerosos escollos, entre ellos, puestos de venta callejera que quitan espacio a las aceras o que entorpecen el acceso a las rampas, provocando que tengan que maniobrar dificultosamente sus sillas de ruedas, entre otros: “por eso estamos trabajando en la concientización, la gente debe saber que tiene que haber un área libre de obstáculos para que todos podamos circular, dejando mínimamente de uno cincuenta a dos metros, de acuerdo a la cantidad de gente que circule por el sector. En el caso de los vendedores sobre las veredas, no se puede tener toda la mercadería en las aceras, porque estamos achicando cada vez más el área peatonal”, indicó.

Por su parte, José Luis Knudsen graficó que “al transitar una manzana, pudimos advertir las numerosas dificultades que entorpecen nuestro paso, exhibidores que ganan el espacio de la acera, carteles, estanterías, macetas, bafles, sombrillas y todo elemento que usan los vendedores, hace que se convierta en una odisea”.

“Por ello le solicitamos a los funcionarios que tienen a su cargo la planificación de los edificios y accesos en la ciudad, que tomen en cuenta nuestra dificultad, porque también los no videntes e hipoacúsicos sufren estas dificultades y necesitamos un medio de convivencia, una ciudad funcional para todos”, remarcó el trbajador municipal

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